¡México! Playa, tequila y, ¿Joyería?

Si alguna vez has visitado México, conocerás alguna de nuestras impresionantes playas, la deliciosa comida y el trato cálido que se le brinda a todos lo que visiten desde cualquier parte del mundo. Probablemente hayas visitado Cancún, Tulum, Cabo, Mazatlán o cualquier otra de los destinos turísticos famosos en el país.

También he visitado la mayoría de esos destinos, y México se destaca por ser un refugio turístico, lo puedo confirmar. Te sorprendería saber que tanto los turistas extranjeros como los nacionales reciben el mismo trato (depende de dónde vayas) y tengo algunos lugares favoritos que podría recomendar. Sin embargo, este blog es sobre joyería y no turismo, y ahí está la parte complicada, ¿Qué tanto conoces sobre la joyería mexicana?

Si no me hubiera enamorado de la joyería, no hubiera comenzado este blog, ni trabajado por tantos años en la misma empresa. Más importante aún, no hubiera comenzado mi jornada para encontrarme con mis raíces y aprender sobre nuestra joyería. El hecho es que, acogemos todas las tendencias extranjeras pero rara vez hacemos el esfuerzo de ver adentro y explorar la característica que les brinda vida a las piezas: el joyero, el diseñador, el concepto, y la cultura.

Un día, estaba en medio de una venta, y alguien me preguntó sobre joyería de México. La empresa para la cual trabajo es de estadounidense, así que no vendemos joyería de diseñadores o marcas mexicanos. La única pieza que les pude ofrecer fue un “ópalo de fuego mexicano”. La clienta dio un vistazo y se veía un poco decepcionada (no necesitaba decirlo) por el hecho de que yo, siendo mexicano, vendiendo joyería como profesión, no supiera nada sobre la joyería de México. Al principio no le di mucha importancia; después de todo, tenía que enfocarme en lo que vendía únicamente, ¿no es así? Error, después me daría cuenta de que conocer a fondo nuestra joyería abriría las puertas a muchas oportunidades y conocimiento.

Cuando empiezas a buscar joyería, cuando apenas inicia tu colección, buscas piezas que se ajusten a tus necesidades. Quizás necesites un reloj formal para esas reuniones importantes, o quizás unos aretes de diamantes para esa boda. Comienzas a comprar por necesidad. Después, comienzas a comprar piezas que complementen tus atuendos, tu estilo; comienzas a aprender qué va con tu cuerpo, qué hace juego y qué hace contraste. Entonces, un día te das cuenta de que buscas aquellas piezas que son diferentes, aquellas que resaltan del resto; en específico, las piezas únicas.

¿Qué hace que esas piezas sean tan especiales? ¿Por qué son diferentes? ¿Por qué son tan codiciadas que mucha gente invierte más dinero y tiempo en conseguirlas?

La diferencia es en la historia que cuentan. No todas las piezas tienen una historia, o, por lo menos, una buena. Entre el sin fin de piezas que puedes encontrar alrededor del mundo, solo unas cuantas tienen el factor “único”. La gente que entiende este factor también entiende el porqué del costo. Algunas piezas hablan sobre su país de origen, sobre mitos, leyendas, acerca del diseñador y sus creencias. Algunas piezas portan una gema tan rara que hace que la pieza resalte y a veces es la última que hace que la gema quede en deuda con el joyero que decidió usarla en su diseño. Algunas piezas te hablan solo a ti. Le hablan a tus gustos y preferencias; presionan un botón que te hace querer usarlas y contemplarlas.

Mi meta es ayudarte a encontrar esas piezas que no cualquiera conoce, que tienen el factor “¡guau!”. Mientras sigo aprendiendo sobre la tradición joyera de México, seguiré actualizándote sobre nuestras tendencias, piezas y gemas. Mi misión es poder contarte la historia de la joyería mexicana y darle voz a aquellos de quienes no has oído pero cuyo trabajo se conoce solo entre coleccionistas exigentes. Aquellos artistas que forman parte de nuestra cultura joyera.

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